miércoles, 28 de marzo de 2012

Era el aliento lo único que cabia entre nosotros dos.

Estamos acostumbrados a enamorarnos rápido, a querer sin cordura, a decir  "te quiero" a cualquiera por simple compromiso, a decir "para toda la vida" y no durar ni un asalto, en decir "siempre juntos" y ese siempre queda reducido aun hasta que lo diga yo, y el otro colgado del telefono, a parte de a su sonrisa. Somos jóvenes, es lo que toca, querer hasta las trancas, amar sin cordura, y que duela, que duela como un puñal. Nada es perfecto cuando tienes diecisiete años, siempre hay razones, mil razones para mandarlo todo a la mierda, pero también de mandarlo todo a la mierda por estar con él. Lo perfecto, se vuelve imperfecto en un par de días "amamos lo que perdimos, queremos lo que envenena" como se dice por ahí. Lo nuestro acabó, como siempre, lo que era amor acabó en odio, los tequiero quedadon reducidos a te odio, pasar por al lado, y si te e visto ni me acuerdo. Que era el aliento lo único que cabía entre nosotros dos, que nuestra única procupación era que nos faltaban días a la semana para querernos, que la frase te quiero, ya no valía nada, porque la dimos mil vueltas. Es triste que ahora no podamos ni mirarnos a la cara, después de todo lo que vivimos, de todo lo que sentimos, depués de ser mi razón de escribir y en quien pensaba a cada momento. Es curioso el amor cuando tienes diecisiete años, amas como no vas a amar en la vida, nunca vas a querer tanto a alguien como entonces, nunca vas a sentir lo mismo, y sin embargo nunca vas a odiar después tanto, es paradójico.
Todo el amor que sientes, es directamente proporcional a todo el odio que sentirás.

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