miércoles, 7 de diciembre de 2011

Que no sabes lo que es caer de un precipicio, y que él aparezca de golpe y de frente y te diga: "Venga, hazte un peta, y me lo cuentas"

Quizá es pronto para decirlo, quizá esto sea el principio de una nueva autodestrucción pero aquí dentro, late algo desde hace algún tiempo. Yo no digo que esté enamorada, ni que ya te quiera, ni si quiera que vaya a hacerlo, o que me importes más que el resto, solo digo que cuando pasas por mi lado, intento ponerme más guapa, y que después de hablar contigo siempre me doy a vuelta para ver si me estás mirando, y no sabes las carreras que me he echado a por el movil siemplemente porque tú me estubieras hablando o lo cálido que puede ser un hielo si eres tú quien me lo mete por la camiseta o que las resacas sean menos jodidas si estás tu para decir cualquier tontería. Además cuando hablas de cómo vamos a mantener a nuestros hijos, o cuando me dices que te has caido por casa, pero sobretodo cuando te enfadas porque te digo que bebes más de la cuenta, o que tienes las manos pequeñas, me siento como hacía tiempo que no me sentía, además la sonrisa contigo está asegurada, y aunque seas tan bipolar como un boomerang, creo que a quedado más que claro que me gusta el riesgo, que me parece ilógico apostar si es sobre seguro, y sobre todo que contigo mil momentos malos no le llegan a la punta de los pies a uno bueno (y te diré, que yo de bipolaridad sé mucho, que yo soy la primera que te dire que no te quiero volver a ver, y se despertará mirandose al espejo y pensando si tú estarás pensando en mi en ese momento)

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario