jueves, 31 de mayo de 2012

Te mereces que te bese a cada hora y a cada minuto

- Yo no intento ser el gran amor de tu vida, tan sólo intento que esto que tenemos no se rompa por un simple número, porque somos más que eso, creeme que somo mucho más que eso- ¿Cómo iba yo a explicarle que había sustituido mis problemas por sus alegrías, mis levantares de cejas por sus fruncimientos de ceño, mi cara por su cruz?-
- Y lo sé pero las cosas están así ahora, ojalá pudiera cambiarlas pero de verdad, de verdad que no puedo, nos llevamos quince años, tienes sólo diecisiete años, yo tengo treinta y dos. Vamos, los dos sabemos que tienes un millón de tios detrás, de tu edad, que no soy yo
- Pues eso es lo que pasa, que no son tu... Ninguno es tú. Yo sé lo que quiero y te quiero a ti, siempre, y no me voy a arrepentir...
- Tú no sabes lo que quieres, con diecisiete años te domina lo voluptuoso, te domina tu instinto, y las cosas no se decicen así, no sabes lo que es sentir amor, con diecisiete años no estás preparada para sentir
-Pues ahora mismo lo siento, y siento que duele y mucho.
-Ni si quiera sabes lo que es sentir dolor de verdad, ni siquiera te han roto ni una sola vez ese pequeñito corazón
- Es cierto, soy pequeña, no soy alta en realidad ni si quiera llego al 1,60 pero con tacones lo sobrepaso, tengo un cuerpo pequeño, un corazón pequeño, que a ratos me duele la vida si respiro fuerte, si me falta el aire, si no estas por aqui, pero te garantizo que este pequeñito corazón esta capacitado apra concebir el amor más grande, para llevarte lejos, muy lejos y no devolverte jamás. Que soy caprichosa y mimada, y cuando me paso me lo dices, que suele ser el 99 por ciento de las veces, pero yo te digo cuando eres demasiado frio, y te acojo con la sonrisa más cálida que jamás te despertó una mañana de domingo. Así que si funcionamos y nos hemos encontrado vamos a perdernos pero juntos, no entre nosotros, no perdamos esto que tenemos, porque es lo merjor del mundo, más que un helado de menta y chocolate...
- Claro que funcionamos, no es eso, no quieres entenderme
- Tú solo dime una cosa, ¿Haciendo esto eres feliz, o eras más feliz esta noche cuando me estabas buscando bajo las sabanas? ¿Te está haciendo esto feliz o fuiste más feliz cuando discutimos por aquella tontería de película hasta tal punto que te estampé el helado en la cara y después me besaste para mancharme? ¿Haciendo esto eres feliz o fuiste mas feliz cuando nos caímos de aquella bicicleta del demonio y no pidíamos parar de reinos, o cuando nos acurrucamos en el sofá con un bol de palomitas para ver cualquier tontería en la tele, o cuando te escondiste en mi armario para darme el susto de mi vida y al final te asuste yo a ti? ¿Eras más feliz antes o después de estar conmigo?- Una sonrisa curvó sus labios, esa media sonrisa que tantas veces había besado, con la que tantas veces me he perdido
- Hoy voy a darte los besos que le faltan a esta oscura ciudad, y perdóname por ser tan tonto de casi dejarte marchar y perderte, recuerdame cada día que para mi eres lo más grande, porque es así, y que te quiero como no he querido al millon de chicas de mi edad con las que he estado
- Te lo recuerdo a cada segundo
- Ojala que nunca llegue a olvidarlo

Hubiese reventado todos los indices de la felicidad

Cuando era pequeñita y me preguntaban que cómo sería mi futuro, yo siempre contestaba que quería ser princesa, y casarme con un príncipe muy guapo y que me quisiera mucho, y vivir en un castillo y tener diez hijos y una granja de ponys.
Cuando fui un poquito más mayor, y me volvieron a hacer la misma pregunta, contesté que quería ser cantante, y que quería casarme con un actor, que se pareciera mucho a Brad Pitt, que fueramos muy famosos y tuvieramos una casa muy grande y salir en todas las revistas diciendo lo mucho que nos querríamos.
Cuando ya tenía once años contesté que me quería casar vestida de blanco en una gran iglesia con mucha gente y tener un marido que vistiera de corbata todos los días y que me besara todos los días cuando volviera del trabajo
Si ahora mismo me hicieran esa pregunta, respondería que yo no quiero casarme, porque no necesito demostrar ante nadie lo que te quiero sólo tengo que demostrartelo a ti, como tú me lo demuestras a mi a cada instante. Diría que no quiero un marido que sea guapísimo ni tenga un trabajazo ni que vista de traje y que sea la envidia de las revistas, quiero a alguien que me quiera por lo que soy, alguien que me quiera incondicionalmente, que me quiera por muy loca que esté, que lo estoy, y por muchas tonterías que pueda hacer, que las hago. Quiero un chico que me aguante si algún día bebo más de la cuenta, como yo haría, que no envejecieramos jóvenes por estar juntos, que sea macarra y tenga pendientes y tatuajes, un chico que no quiera tener hijos, porque no me gustan los niños, porque yo quiero todo el tiempo del mundo solo para estar con el. No pido que sea alto, moreno y de ojos negros, o azules o verdes, solo pido que me bese cada mañana que nos despertemos juntos y que tome mis taras como sus nuevas manías, como yo he echo con las suyas, un tio que sea duro y tenga pinta de malo, pero que en el fondo, muy en el fondo tenga su corazóncito, y que sea todo mio. Un tio que se pusiera celoso y me arrimo mas de la cuenta, pero que lo niegue por orgullo, que se duerma en el sofá viendo una película y que comparta conmigo todas las duchas que pueda...
Que ahora mismo, me daría igual dormir en un colchón en el suelo si eres tú el que tirá de la manta para que no se la robe, que me daría igual no tener un duro para vacaciones y pasarnos los días de verano que no trabajemos en la piscina, o en casa debajo de un ventilador, o en frente de la nevera abierta

Dicen que tenía más posibilidades de cumplir mi proposito con 4 años que ahora, que pido amores de pelicula, que pido imposibles... No soy de las que apuestan sobreseguro.

sábado, 19 de mayo de 2012

Yo tan original como la vida misma, y tú con un "made in china" grabado al cuello

Yo escribo porque es lo que siento, yo escribo porque me fluye de la venas, porque me encanta escribir aquí, y que la gente pueda leerlo, pero no copiarlo. Ser auténtico es algo que cuesta hoy en día siendo tan fácil plagiar y copiar con un simple botón. Duele que te roben algo que es tuyo, algo que tanto esfuerzo te ha costado hacer, pero sobretodo el la que tanto sentimiento has puesto, tras cada palabra que escribo, hay un significado detrás de algún momento que se ha convertido en parte de mi vida, y por eso me duele tanto que me lo copien, supongo que cualquier escritor de blog como yo se sentirá identificado con lo que digo, porque es cierto, es como una imitación barata que como tantas veces he escrito nunca llegan a la suela de los zapatos a la real, así que, sólo pido que no copieis lo que tanto cuesta, escribid vosotros mismos porque si de verdad sentis lo que teneis que sentir en el momento indicado, solo es expresarlo con palabras.

El descosido de tus vaqueros

Yo soy de las que creen que todo en la vida pasa por algo, de esas que espera esa casualidad a la que yo llamo destino que sea capaz de cambiarme la vida, no creo que hayamos coincidido en este tiempo y en este espacio por suerte, y si es así, que me siga acompañando. Simplemete no creo en las casualidades porque entre millones de personas que podían haber ocupado tu lugar, fuiste tú. No sé como me siento ahora mismo, solo se me viene a la cabeza una y otra vez que tenemos fecha de caducidad. Tenemos menos de dos años para empezar a querernos como locos, para querernos hasta que nos duela de tanto querernos, sin cordura, sin barreras, sin segundos, sin comprender de dias a la semana o de semanas al mes, tenemos solo dos años para querernos hasta que nos volvamos literalmente locos, querernos hasta que se nos acabe el amor de tanto usarlo, y acabe cuando tenga que acabar, por muy triste que sea, así están las cosas. Tengo diecisiete años, época de cambios, de nuevas amistades, de despedidas, de despedidas para las que estaba preparada pero no para esa despedida. ¿Porque no puedes ser normal y hacer las cosas nomales que hace el resto de la gente? ¿Porque entre todos los tíos del mundo yo me he enamorado de ti? No sé si el tonto eres tú por tus elecciones o si la tonta soy yo por las mias, como elegirte a ti.

sábado, 12 de mayo de 2012

De esto que te apetece mucho gritar

A veces me gusta imaginarme lo que hubieramos llegado a ser tu y yo si no hubiera hecho caso a la gente. Hoy hace trescientos ochenta y seis días que tu y yo no somos tú y no, pero sobretodo que tú eres otra persona, no mejor aun, de otra persona. Yo te escribo desde hace mucho tiempo, te escribia a tí aunque me  costara admitirlo, aunque tú jamás me leyeras, aunque tú, escribieras a otra persona, es como si sólo tú fueras de mi talla, y fuera inútil seguir buscando. Dicen que hay llamas que no apaga ni la peor de las tormentas y que donde hubo fuego, siempre, siempre habrá cenizas, yo no sé si es verdad, y espero con todas mis ganas que no sea así. Durante tanto tiempo fuiste casa, fuiste MI CASA JODER MI CASA eras el lugar donde me sentía arropada del frío y donde un jodido abrazo curaba lo impensable. Quizá esto no es lo más bonito que escriba, pero te echo de menos X, te echo de menos con todas mis ganas, te echo de menos no solo como chico/amigo o lo que se supone que fueramos, te echo de menos como soporte, como apoyo, como la recogida después de la caida, como el abrazo de cada día. Fuimos todo y hemos quedado reducidos a nada, a la mas absoluta nada, literalmente, porque ahora es como si no nos conocieramos y muchas veces me pregunto si me equivoqué dejando que ocurriera lo que ocurrio porque antes al menos estabas aunque no de la misma manera pero estabas.
Ahora cada vez que beso a alguien me da la sensación de que regalo besos a personas que no quiero por compromiso, no solo personas que no quiero, personas por las que no siento nada, personas que me gustaría que fueran tú aunque intente ocultarlo, personas que por mucho que la gente se empeñe no te llegan a las suelas de los zapatos X, personas que solo son imitaciones baratas.
Trescientos ochenta y seis días sin ti, y ni uno, ni uno solo me e despertado, me e mirado al espejo y no es pensado si estarías pensando en mi en ese momento, o en cualquier otro, trencientos ochenta y seis días en los que has sido incondicionalmente mi inspiración para todo lo que he escrito aquí

Trescientos ochenta y seis días en los que no te he olvidado, supongo que como en los trescientos ochenta y seis siguientes...

sábado, 5 de mayo de 2012

Las cosas que no te dije y que se llevó el viento

Hay muchas cosas que no te dije, que tenía que haberte dicho, mil cosas que se queradon en el aire y no dije por miedo y ahora es muy tarde. No te dije que me gustaba que fueras un borde y un flipado, te dije que lo eras, te lo dije un millón de veces pero no te dije que me encantaba que fueras así. No te dije que me gustaba mirarte de reojo y ver que me estabas mirando, que siempre lo hacías. No dije que me hiciste olvidarme de los demás, me hiciste olvidarme de él, y no sabes lo que valoro esas cosas. Tampoco te dije que me gustaba pensar que pensabas en mi, ni que me gustaba imaginarme contigo en cualquier parte, ni que me gustaba discutir contigo, ni que me sacabas de quicio. No te dije que en el fondo, muy en el fondo eres encantador y creo que eso es lo que me enamoro de ti, y no, tampoco te dije que me había enamorado de ti. Me jode no haber tenido el valor de decirtelo y estar aquí escribiendo esto ahora, y me duele que todo haya terminado porque el orgullo de los dos es más fuerte, me duele que después de haber sido un volcán hayamos quedado reducidos a cenizas. Me duele que nunca vayas a saberlo. No te dije lo guapo que eras, aunque eso te lo decías mucho. No que dije que me encantaba que me hicieras reír, y que me gustaba que te enfadaras por las tonterías que te decías. Nunca te dije que me gusta tu orgullo, me ponen tus principios y tu formade ver la vida, me pone que seas así de cabezón, que siempre quieras tener la razón y que lleves así el pelo, que tengas mil tatuajes y que tengas esa actitud. Hay muchas cosas que no te dije y que me hubieran encantado decirte, cosas que se quedaron entre nosotros, que ninguno de los dos dijo y que al final se las llevó el viento.